
¡Huérfanos! Nuevamente huérfanos.
La Tierra se ha manifestado,
su poder ha demostrado,
pero no sufren los tiranos
que sacan verde provecho
también de este hecho.
Son los niños sin padres
los que pierden sus hogares;
los que ceden su comida
para que otra panza se mantenga tibia.
Los inertes cuerpos aún aparecen
y mi alma se estremece.
No dan las manos para ayudarlos,
nuevos ríos, por las lágrimas, se han formado.
Nuevamente... Huérfanos.
Huérfanos de padres, huérfanos de sueños.
Huérfanos de esperanzas, huérfanos de techo.
Huérfanos con hambre, huérfanos con frío.
Hambre de Amor, frío del miedo y desesperación.
hombres, niños y mujeres
aún esperan ser hallados.
Y yo, tan lejos, sin poder ayudarlos
solo ofrezco mis torpes versos, mis cantos.
¡Mi protesta a este sistema
de muertes y risas macabras!
Donde sufren los huérfanos,
los huérfanos del consuelo, del amparo.
Huérfanos de ayuda, huérfanos de atención.
¡Mi grito de aliento para esas personas
que todo dejan por ayudarles!
Los que no dan simples limosnas,
ricos que entregan lo que les sobra.
¡Señor! Apiádate y recuerda
a tus huérfanos de fe.
Llévales mis besos, mi calor.
Que tengan mis esperanzas,
mis sueños, mi entera devoción.
Que sepan que, por un momento,
no son huérfanos pues yo,
les entrego mi rojo corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario